Tal y como Theodore predijo, Annette no murió fácilmente.
Ella se aferró fuertemente a salvar su vida, hasta que Hans trajo una enfermera.
Una enfermera llamada Liza, revisó la condición de Annette tan pronto como llegó, dándole a ingerir líquidos.
Su cuerpo era extremadamente delgado, una enfermedad de piel se desarrolló en su cuerpo, ocasionado por vivir en una habitación de hospital mohosa.
La enfermera estaba perpleja, pero era una situación grave en la cual debía comenzar con el tratamiento sin tiempo para mostrar asombro.
La revisión médica fue larga, Theodore y Hans salieron de la habitación de Annette y se sentaron en el sofá.
Mientras esperaba que terminara el procedimiento, Hans tuvo que soportar la mirada frustrada de Theodore.
—Te dije que trajeras un médico para salvar a la Gran Duquesa. ¿Por qué trajiste una enfermera?
—¿Crees que es fácil encontrar un médico que este dispuesto a venir aquí y quedarse en un lugar totalmente aislado? Apenas logré encontrar a esta enfermera.
—¿Es ella competente?
Theodore tenía muchas dudas.
Salvar a Annette era muy importante.
Sin embargo, a juzgar por el cabello despeinado y la expresión asustada de Liza, ella era en gran medida poco confiable, la enfermera que había sido traída para mantener viva a Annette, sería la que moriría.
—Ella es más competente que la mayoría de los médicos.
—Te dije que trajeras un buen médico.
—Si hubiéramos perdido el tiempo en buscar un médico, la señorita Annette Scheringen dejaría de respirar antes de que llegara, creo que hay que añadir una parte oculta a la historia, ¿Circulamos la historia de que la primera Gran Duquesa murió en el salón de bodas y la segunda en la villa?
Hans evitó el contacto visual, pero las preguntas de Theodore se volvieron más insistentes.
—¿Por qué esa enfermera estuvo de acuerdo con algo tan peligroso que los médicos se negaron a hacer?
—Porque dije que le daríamos mucho dinero.
—Entonces habría una gran competencia, otros necesitados de dinero vendrían, ¿Cuál fue la verdadera razón?
—... Dijo que tuvo un accidente médico y que estaba desempleada.
No importa cuánto dinero se les ofreciera, la gente normal no haría nada para exponerse a peligro, Liza, en cambio, aceptó el trabajo sin saber el destino o la persona que recibiría la atención.
El hecho de que ella voluntariamente hiciera algo arriesgado, significaba que tenía una debilidad que no podía revelar.
Theodore no se sintió satisfecho con las respuestas.
—Tuvo un accidente médico, pero es competente, ¿Cómo se supone que debo tomar estas palabras?
—Esa enfermera fue lo mejor que pude encontrar para traer hasta aquí, antes de que la señorita Annette muriera.
Hans suspiró, estaba molesto por su difícil maestro, pero siempre seria leal y competente en su trabajo.
—¿Estás seguro de que cerrara la boca?
—Fue fácil intimidarla porque tiene muchas debilidades.
—Una vez que Annette mejore un poco de salud, consigue a alguien más, un médico.
—Sí, Su Alteza.
Hans evitó los reclamos por traer a una enfermera poco calificada, pero el trabajo era más complicado, habiendo creado más tiempo, el siguiente paso sería encontrar a alguien con los requisitos que Theodore exigía.
Él no era de los que daban tres oportunidades.
Hans era abogado, pero algunas veces se entristecía por su propia posición, pero lo que podía hacer era ser el mejor.
Asumió el papel de ayudante de Theodore, actuando como su miembro y cuidando el trabajo confidencial, incluso para Hans, Theodore no revelo la identidad de Annette.
Entonces desde el punto de vista de Hans, que no sabía nada al respecto, las acciones de su maestro fueron una locura.
Theodore de repente le dijo que fuera y redactara los documentos legales que convertirían a Annette en la Gran Duquesa, y lo llevó a un manicomio.
Convirtió a una loca en la Gran Duquesa.
Annette entraba en la categoría que más le repugnaba a Theodore, las personas chupadoras de almas como el Príncipe Heredero.
Hans por supuesto, había escuchado mucho sobre la reputación de Annette.
Era el tipo de mujer con delgados brazos que lo único que podían hacer solo era sostener un abanico, en su cabeza no era más útil que eso.
Annette era el tipo humano que Theodore detestaba en un solo cuerpo, ¿Qué demonios pretendía de hacer al traerla aquí?
Hans fue el que más toleró a Theodore, pero aun así lograba enviar escalofríos por su columna vertebral cuando sus fríos ojos le encontraban.
No sabía cuál era la utilidad de Annette pero, ¿Puede una mujer que se encuentra enferma en su habitación, realmente soportar a Theodore, incluso cuando Hans apenas podía?
"De ninguna manera podría ser amor verdadero".
Incluso cuando pensó en todas las posibilidades sobre la relación de Annette y Theodore, incluido el secreto del nacimiento de su relación, el ultimo punto a considerar era el amor.
"No sé qué está haciendo este loco maestro nuevamente".
El intento de convertir a Annette en la Gran Duquesa fracasaría.
Porque no había manera de que Annette pudiera resistir la locura de Theodore.
Cuando Hans volvió a observar el comportamiento sospechoso de Theodore, la puerta se abrió y Liza salió.
—Se han completado los primeros auxilios.
Liza se inclinó apresuradamente ante Theodore, Ella no sabía que él estaba aquí.
Sabía que no era un trabajo ordinario, pero no sabía que era algo que involucraba al Gran Duque, el cual aparecía en los periódicos como un rufián y en los murmullos de la gente como un monstruo.
Hans sintió simpatía por Liza, quien se sacudió después de conocer la verdadera identidad de Theodore, se sintió obligado a encontrar rápidamente un verdadero médico y sacarla con vida de aquí lo antes posible.
Incluso ahora, en lugar de aceptar el saludo de Liza, Theodore no respondió una sola palabra, Liza no sabía qué más decir, así que solo movió los dedos.
Hans no podía soportar la tensión del ambiente y habló en su lugar.
—¿Cómo está la paciente?
—Ella no se encuentra tan bien, tenemos que trasladarla al hospital lo antes posible para que se le haga un examen adecuado.
Theodore que se encontraba escuchando, interrumpió.
—Si eso fuera posible, ¿por qué crees que te traería hasta aquí?
—Lo lamento.
Liza se disculpó sin saber por qué, Hans planteó la siguiente pregunta antes de que Liza rompiera a llorar.
—Tiene una fiebre alta, ¿Qué más pasa?
—Lo siento, pero sospecho que se trata de envenenamiento, no de una enfermedad.
—¿Envenenamiento?
—Su cuerpo está temblando terriblemente y los antibióticos no están ayudando mucho, Dado el hecho de que esta no es una condición médica común, parece que el paciente ha ingerido un veneno.
La voz de Liza, que había sido delgada y temblorosa, se hizo más fuerte solo cuando les contó sobre la condición del paciente, para una enfermera que había sido expulsada del hospital después de un accidente médico, presentaba un comportamiento de un profesional médico decente.
—¿Qué veneno?
—No sé mucho, necesito tiempo para resolverlo.
—¿Puedes decodificarlo?
—Hasta que sepamos cuál es el veneno, no podemos apresurarnos a tratarlo, si administramos un antídoto que es incompatible con el veneno que ha entrado en el cuerpo, algo más grave podría suceder.
—¿¡Entonces qué!?
—No existe una cura en este momento.
Era el gesto más seguro que Liza había hecho, la expresión de Theodore se endureció ante su conclusion.
Para alguien que no mostró mucha emoción, incluso disgusto, hacer esa expresión significaba que no le gustaba la respuesta de Liza.
Hans se dio cuenta del deseo de que ella fuera removida o asesinada, seria cumplido con tan solo chasquear los dedos.
—Hans.
—Sí, Su Alteza.
—¿Te dije en algún momento que trajeras a una enfermera incompetente, para que su respuesta es que no existe esperanza?
—No es porque no sea lo suficientemente buena, esto le ocurriría a cualquiera ...
—Nunca te di permiso para interrumpieras mis palabras.
Theodore puso fin a las excusas de Liza.
Liza jadeó y se cubrió la boca con la mano.
Hans se tocó la frente, el podría haberla enviado con vida a su casa pero todo se tornó difícil..
A medida que la situación se complicó, la puerta se abrió y alguien apareció para resolver el problema de Hans.
—Si conoces el veneno que ingerí, ¿puedes resolverlo?
Annette, que había recuperado la conciencia, salió de la habitación con la ayuda de la criada.
Liza corrió hacia Annette.
—Estás en muy malas condiciones, la dama debe descansar.
Estas fueron las palabras de una profesional extremadamente médica que se preocupaba por sus pacientes, fue el último comentario de sentido común hecho en la villa.
—Escuché pequeños fragmentos de la conversación desde adentro, si sabes qué veneno tenía, ¿puedes encontrar una manera de decodificarlo?
—Me enorgullece que mi conocimiento de las drogas, sea mucho mejor que el de un médico.
—¿No eres médica?
—Soy una enfermera.
Annette asintió con la respuesta de Liza y dirigiendo su mirada al lado contrario le preguntó a Theodore.
—¿Es esta la persona que trajiste para ver si es competente?
—No yo no, pero el abogado en el que confío piensa que ella es adecuada.
—Tratas de decir que ella no es la peor.
La cara de Liza se puso roja cuando las palabras de su evaluación se intercambiaron frente a ella, interactuaban como si no hubiera otras personas en el mismo espacio.
—Puedo ver que eres el único profesional médico en el que confiaría en esta situación.
Annette coloco algo en la mano de Liza.
—Aquí están las píldoras que tomé, lo he estado tomando durante aproximadamente un mes, existe la posibilidad de que haya ingerido otro veneno sin saberlo. ¿Sabes qué medicina es?
—Supongo, pero tengo que analizar el contenido para estar seguro.
Liza aceptó la medicina con una cara desconcertada.
—Encuentra una manera de descifrarlo y ayúdame, de lo contrario, ese hombre te matará.
Cuando Annette habló, señalando a Theodore, Liza se sobresaltó y dejó caer la medicina.
—Creo que tu vida depende de este veneno.
Al escuchar las contundentes palabras de Annette, Liza recogió apresuradamente la medicina, en tan solo segundos, Liza se encontraba mirando no solo a Theodore sino también el rostro de Annette.
Fue la misma sensación que con Theodore, sentía que su corazón saldría de su pecho.
Hans pensó que Annette era bastante buena para intimidar al ver que Liza estaba asustada en un instante.
La mujer sin una sola cosa en su posesión lo usó rápidamente para compartimentar qué cartas podía usar en la situación actual y qué cartas eran más amenazantes para su oponente.
Annette estaba utilizando a Theodore.
Hans se sorprendió de que pudiera resistir a Theodore, al igual también podría salvar su propia vida.
Hans se encontraba sumergido en sus pensamientos, Theodore miró a Annette y dijo en voz baja.
—¿Podemos hablar en privado por un momento, solo nosotros dos?