Los ojos de Eunseol vacilaron ante la mirada lujuriosa de su marido, todo en él, su intensa mirada, su vertiginoso aroma y su erótico silencio la abrumaba, el calor se apoderó de su frente y su espalda se cubrió de sudor al instante.
Sus labios secos consiguieron finalmente hablar en una súplica débil.
—Por... por favor, deja de mirar.
—Pero debo asegurarme de recordarlo esta noche, ya que es nuestra noche de bodas.
Su firme respuesta le apretó el cuerpo con fuerza, cuando ella intentó levantar la vista, los ojos llenos de deseo de él se oscurecieron intensamente.
Los esposos se besaron en ese momento.
—¡...!
Fue el mismo beso más impactante que el primero, su lengua invadió la boca de Eunseol y frotó los puntos tiernos sin piedad, ella trató de esconder su lengua debido al susto, pero fue fácilmente atrapada y succionada con rudeza.
Un calor húmedo creció en su estómago y al mismo tiempo, sentía como su corazón, el cual latía con una fuerza incontrolable estuviera a punto de estallar, empezó a jadear y sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Espera...
—Mantén la boca abierta.
El gruñido grueso de él tenía un poder que ella no podía rechazar, Eunseol fue la que inició esto, sin embargo, las cosas estaban tomando un curso que estaba fuera de su control, lo único que podía hacer era temblar como una hoja indefensa atrapada en una tormenta.
Enterró la cara en su duro pecho y cerró los ojos, su espeso aroma la envolvió, la puso aún más alerta y agudizó todos sus sentidos, podía sentir cada mechón de su pelo.
—Aaah...
—¿Tienes miedo?
Pregunto Jeonghyeok mientras le secaba las lágrimas que ella ni siquiera sabía que había derramado, su voz era tan terriblemente baja que ella no podía descifrarlo en lo absoluto, estaba asustada, pero rezaba para que no se fuera, se apego con fuerza a su cuello y le suplicó en un susurro que no se detuviera.
Como para complacer su petición, él le mordió el pecho.
—¡Ngh...!
Con los músculos tensos, su brazo bajó por encima del vientre plano de Eunseol, su cuerpo se estremeció como si estuviera a punto de morir, antes de tratar de abrir sus rodillas se detuvo, ante esto al observar a Jeonghyeok, quien parecía preocupado, suspiró, con su mirada le dijo que estaba bien, como si él la hubiera escuchado, rápidamente sus grandes brazos se abultaron aún más, era la primera vez que su cuerpo era invadido así, sus gemidos intermitentes se hicieron más agudos y desesperados.
—¡Ugh, ah, ahh...!
Los pensamientos contradictorios de querer parar y a la vez quererlo más profundo chocaban en su cabeza, la estimulante sensación recorría su cuerpo desde el centro hasta la punta de sus pies, antes de volver a golpearla con fuerza, el placer parecido al dolor era tan intenso que inundó todo su cuerpo.
—Creo que debemos parar…
Eunseol suplicó, pero rápidamente Jeonghyeok la silenció con un beso, su meticulosa y exquisita lujuria la despertó y finalmente, su cuerpo se flexionó hacia atrás mientras sollozaba.
—¡Profesor...!
Eunseol sufrió espasmos como si la hubieran electrocutado, su zona erógena explotó, dejándola sin aliento, cubierta de una nebulosa conmoción, su cuerpo flotó en el aire antes de caer, cuando sus piernas temblaron, demasiado débiles para sostenerla, Jeonghyeok volvió a cubrir sus labios con los suyos, sus insistentes besos empezaron a relajar sus músculos y Eunseol pudo volver a pensar.
—Aahh…
Ella experimentó un orgasmo impactante y su resistencia estaba agotada por ahora.
Posicionándose entre sus piernas, Jeonghyeok susurró: —Estoy... a punto de hacerte cosas que se supone no debo hacerle a una estudiante.
—Maestro...
—Deja de llamarme profesor.
Estaba harto de que lo llamara así.
Seguidamente se bajó los pantalones y el bóxer al mismo tiempo, Los ojos de Eunseol bajaron naturalmente para mirar y palideció inmediatamente.
—Eso no va a funcionar, no puedo hacerlo.
Eunseol se quedó boquiabierta, no era una súplica ni un comentario, sino un simple hecho.
Pero estaba claro que Jeonghyeok no tenía intención de dejarla ir, se deslizó por su cuerpo y abrió sus muslos, susurrando:
—Estás empapada, así que funcionará.
Su noche de bodas estaba a punto de comenzar.
Esos sí que son noches de bodas, qué envidia de profesor.
ResponderEliminar