La villana Annette.
Ese era el nombre con el que se le conocía en el actual mundo que poseía.
En la novela, Annette atravesaría una fase constante de fechorías que causarían destrucción a la altura de su fama de villana.
Entonces, después de sorprenderse al observar su hermoso rostro a través del espejo, la actual Annette tendría que pensar en el desarrollo de la novela y encontrar la manera de cambiar su vida, para que las personas a su alrededor la amarán.
Pero ella no poseía la cantidad de tiempo adecuada para cambiar su destino, al poco tiempo de despertar luego de trasmigrar al cuerpo de Annette, fue encerrada en un manicomio.
No es que padeciera verdaderos problemas mentales, claro que el estado mental de la la villana Annette era problemático, pero al menos la Annette actual era normal.
Sin embargo, Annette fue encarcelada debido a circunstancias complicadas, y el Imperio Audentiano desconocía el concepto de un centro de salud mental, Por lo tanto, no había conocimientos ni tratamiento adecuados para las enfermedades mentales.
Elysia era en la actualidad mas conocido por ser un campo de concentración que un hospital psiquiátrico, el aire frío brotaba de las paredes incluso en pleno verano, la exposición a ese aire frío hacía que incluso el sol perdiera su brillo, lo que provocaría una verdadera enfermedad mental.
No había mucho que pudiera realizar en un lugar así, todo lo que Annette hacía cuando estaba confinada en Elysia era observar el techo, las paredes y dormir.
Así que hoy sería otro día como el de ayer, tal vez si ese hombre no hubiera aparecido.
Justo antes de que “él” apareciera, Annette, como de costumbre, miraba fijamente las paredes poco iluminadas en un esfuerzo constante por averiguar que las formas mohosas que se extendían en la pared tenían el diseño de constelaciones.
Se escuchó un crujido, en ese momento, la pesada puerta de hierro se abrió con un sonido espeluznante, Annette cerró los ojos con la esperanza de ver a su amiga en el molde de la pared.
—Es hora de tomar tus pastillas.
Su voz era tan dura al igual que las camas del hospital, ahora resultaban bastantes suaves los gritos de la loca que provenían de la habitación de al lado.
Cuando Annette no respondió, el médico finalmente la obligó a ponerse de pie, la molestia era evidente entre sus gruesas manos.
Cuando se vio obligada a abrir los ojos, el rostro de Annette era tan hermoso pero no poseía expresión alguna, si tuvieran que buscar emociones en ella, la impotencia era lo que reflejaba su rostro.
La expresión en su rostro, era como si aceptara su muerte.
—Trágatelo.
—Soy una Marquesa y no puedes faltarme al respeto, si mi padre, el Marqués está muerto, ¿No soy yo, la actual Marquesa Scheringen?
Por primera vez en días, una voz quebrada salió de su boca abierta, la expresión del médico se arrugó.
—¿Asesinaste a tu padre con tus propias manos, por qué querría llamarte Marqués?
—Yo no lo maté.
—Nadie cree eso, los principales diarios siguen informando sobre el asesinato del Marqués de Scheringen.
—Entonces usted no ve mi desaparición en los periódicos, ¿No? El secuestro y confinamiento de una mujer hermosa como yo, merece un arresto como mínimo.
—No estás encarcelada, estás bajo custodia porque no estás bien mentalmente, estamos salvando una vida que sería ejecutada si vas a juicio.
—No pueden enviarme a prisión si no hay pruebas, así que me tratan como a una psicópata y me encierran en un lugar como éste.
Los ojos verde claro de Annette brillaron con firmeza, el médico parpadeó, casi creyendo en su inocencia.
Una mujer con poderes de una bruja.
No estaba claro si era una asesina, pero era seguro que tenía extraños poderes de manipulación.
Como dijo Annette, no había pruebas de que hubiera cometido el asesinato, sin embargo, dadas las circunstancias, era la única culpable, dado que al marqués lo encontraron sin vida justo a su lado, al mismo tiempo que Annette sostenía un arma en su mano, existían evidencia extrañas, pero todas las pistas apuntaban hacia Annette como la asesina.
—Tus parientes dieron su testimonio y te han nombrado como la asesina.
—Están detrás de mi título y fortuna.
El marqués Burhardt Scheringen amaba excepcionalmente a su hija y le prometió que heredaría todos los títulos y propiedades, después de que Annette se convirtiera en su sucesora, hubo descontento en la familia Scheringen, la razón era que no podían confiar el destino de la familia a una mujer.
Aprovecharon esta oportunidad y actuaron como hienas para quitarle el puesto a Annette.
—¿Qué es lo que tanto desean cuando, de todos modos, la familia Scheringen será destruida sin dejar una sola huella en este país?
—La familia Scheringen funcionará bien sin ti.
—No, serán nombrados traidores y masacrados, ese es el fin de una familia en la cual nació una mujer malvada —dijo Annette.
—¿Estás diciendo que eres una vidente que predice el futuro?
—Dijiste que eras un médico, ¿cómo puedes ser tan estúpido? No conozco el futuro, este es el mundo de un libro y conozco su final.
El médico soltó una risita, Annette escupía locuras sobre que este mundo estaba en un libro y que conocía el final, ¿Cómo podía decir que era de otro mundo cuando no podía salir del manicomio aunque fuera normal?
—Si continuas diciendo cosas así nunca saldrás de este lugar…
Por supuesto, Annette sabía exactamente las miradas que recibiría por hablar sobre poseer un nuevo cuerpo, aunque tenía conocimiento sobre el futuro, decidió dejar de hablar y ser una buena paciente.
No pretendía pedir confianza, así que no había seriedad en la actitud de Annette, había algo en su forma de hablar que daba un vuelco al corazón de la gente.
El médico se sintió ofendido ante la idea de que le tomaran el pelo y puso con odio las pastillas sobre la mano de Annette.
—Tómatelo, mereces ir a la cárcel por matar al marqués, pero por suerte para ti, te hospitalizaron en un psiquiátrico.
Annette se quedó observando su mano que sostenía las píldoras, su mano que eran más pálida que las pastillas blancas, su piel extremadamente blanca, era más fina y transparente, hacían ver a las píldoras como una mancha, Sus huesos podrían ser visibles en el sol, pensó.
Annette miró las pastillas y se las llevó a la boca.
El médico sonrió y observó el rostro dócil de Annette, era un rostro demasiado bueno para desperdiciarse en un lugar como éste.
Ahora estaba vestida de forma vil, pero la mujer que antes se arreglaba y adornaba era tan hermosa que la palabra “flor” no bastaba para describir su belleza.
Si no fuera por lo complicado de la situación, intentaría tocarla.
N/T: Inténtalo entre todos te matamos
La persistente mirada del doctor llegó hasta Annette, por un momento, un brillo diferente vagó por los ojos de Annette, que habían estado vacíos.
Stup, Annette escupió las píldoras hacia el médico, su saliva y las pastillas se pegaron a los ojos del médico.
—Le dije que no me observara con esos ojos sucios.
El médico se limpió apresuradamente la cara con un papel, luego agarró la cara de Annette y la obligó a abrir la boca.
—¡Uf!
—¡Maldita zorra, cómo te atreves a escupirme en la cara! Trágatelo, toma la medicina!
—Hugg…
El médico vertió todo el frasco de pastillas sobre la boca de Annette.
Annette intentó cubrir su boca con ambas manos, pero su débil cuerpo, debido a la falta de alimento, no logró resistir el fuerte agarre del hombre.
El médico apretaba el cuello de Annette, incapaz de respirar, Annette trato de liberarse rápidamente, su ira había llegado demasiado lejos.
Finalmente, abrió su boca fuertemente cerrada y le introdujo las pastillas.
El médico dejó caer el frasco el cual produjo un ruido metálico y se retiró.
Annette tosió con fuerza al soltar el aliento contenido, un sonido de fricción, más fuerte que el de la tos de Annette, llegó de la puerta que se encontraba a un lado.
—¿Cómo te atreves a hacerle algo así a la Gran Duquesa?
Un hombre alto golpeaba al médico sin control. El doctor temblaba impotente mientras cada puño rápido y de aspecto duro volaba sin piedad sobre él.
—Mantuviste a mi esposa desaparecida, encerrada en un lugar como éste.
“¿Su esposa desaparecida?”
El hombre quien parecía más un monstruo, que un héroe el cual pretendía imitar a un marido que le daba su castigo al villano que había agredido a su amada esposa, debido las circunstancias, dicha esposa se trataba de Annette, pero Annette no sabía quién era él.
Como Annette estaba destinada a morir joven después de acosar a la heroína, no tuvo tiempo de casarse y tener un esposo.
Mientras se preguntaba si la Annette del libro tenía un amante oculto, observó cómo el médico era molido a golpes. Los puños volaban en todas direcciones.
—Creo que apuñalarlo con un cuchillo sería más misericordioso.
El hombre poseía un aspecto rudo, como alguien nacido para infligir dolor a los demás. Tal vez fuera su pelo plateado que se agitaba cada vez que blandía los puños, pero Annette recordaba vagamente el nombre de alguien una y otra vez.
Varios curiosos cubrieron la puerta, pero nadie se atrevió a detenerle.
El médico no tardó en desmayarse y en ese momento Annette dejó de toser.
El hombre arrojó al médico inerte contra la pared y se acercó a Annette.
Ella recordaba a alguien con una mandíbula bien definida, que contrastaba con un cabello tan fino y suave como la pluma de un pájaro.
“No puede ser… ¿podría tratarse de ese hombre?”
Cuando el hombre se acercó y se arrodilló, Annette lo evitó instintivamente, pero él fue más rápido y la abrazó, fue una acción repentina.
—Mi amada Annette.
Su voz era cálida y suave, el tono era increíble viniendo de la boca de alguien con sangre en los nudillos.
—Quién…
—Soy yo tu esposo, Theodore, al fin logré encontrarte.
Theodore, el cuerpo de Annette se volvió rígido ante la mención de ese nombre.
Si realmente era Theodore, el pálido y derrumbado doctor debería estar agradecido por el hecho de que no tuviera un cuchillo en la mano, si se tratase realmente de él, si llevase consigo un arma pequeña, seguramente lo habría matado.
Cuando el nombre que imaginó coincidió con el que el hombre se había presentado, Annette sintió que volvía a ahogarse.
Al percatarse sobre el nerviosismo de Annette, Theodore se acercó.
Una voz aguda, completamente distinta de la dulce vos que acababa de escuchar, perforó el oído de Annette.
—Una alma de otro mundo, si quieres salir de aquí, finge que me amas.
Una amenaza disfrazada de sugerencia claramente audible, sabía que Annette era una trasmigrada.
—¿Entendiste de lo que estoy hablando?
Annette asintió involuntariamente.
‘¿Quién era este hombre? ¿Cómo sabía quién era ella?’
‘¿Quería que fingiera amarle si quería salir? ¿Quisó decir salir de aquí? ¿El era su salvador?
Si él era el villano de esta novela, ella debería alejarse rápidamente sin siquiera suspirar.
Pero Annette no tenía elección, tenía que sostener su mano para sobrevivir en este frío psiquiátrico.
—Por fin estás aquí, estuve esperando a que me encontraras.
Annette sonrió felizmente, mientras rodeaba con sus brazos el cuello de su esposo el cual acababa de conocer.
Decidió convertirse en la esposa del Diablo para poder sobrevivir.
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